Alguna vez te has escuchado a ti mismo decir: “Nadie lo hace mejor que yo”. Te cuento que a esto se le conoce como una persona egocentrista, narcisista y/o perfeccionista, porque desde su ego, y sentir veneración por sí mismo y creer que todo lo hace bien, raya en la pedantería. Y todos en algún momento hemos repetido esa oración. ¡Yo me incluyo! El hecho de tener este pensamiento, me llevaba a trabajar más, a esforzar más mi mente, a tener un día duro, a llegar al punto de cansarme de mi trabajo y pensar que nadie me quiere ayudar, que nadie toma iniciativas para aprender, que nadie sabe hacerlo y que por eso tienes que hacerlo tú y bla bla bla… pero imagínate, si yo lo quería hacer todo.

Cada cual es un genio en lo suyo, en sus talentos, en su conocimiento, en su expertiz, pero, el solo hecho de pensar que NADIE lo va a hacer mejor que tú, te cierras a mil y una oportunidades. ¿Por qué? Pongamos un ejemplo de una mamá que le dice a su hijo que le friegue los trastes. Pero desde que el hijo está fregando, ella va monitoreando y le dice que eso no se hace así, y que tampoco los acomode de esa manera porque se pueden romper, y que utilice mas jabón porque la grasa no va a salir, etc, etc etc. El joven se siente abrumado y un tanto molesto hasta que su mamá le dice: “Olvídate, yo lo hago”. Y automáticamente en su mente o a viva voz, repite esa oración… “nadie lo va a hacer mejor que yo” y a su vez le crea inseguridad a su hijo… tambien me identifico.

¿Puedes ver cuál es el problema? No es que el joven no sabe, es que desde que se ubicó frente al fregadero, ya ella lo estabas juzgando. La madre tiene muchos años de experiencia fregando y posiblemente en sus comienzos también lo hacía como toda una principiante. Hay formas de decir las cosas, hay formas de enseñar y sobre todo de tener la tolerancia y el entendimiento para situaciones similares. Una vez ese joven, vaya aprendiendo, se convertirá en todo un experto y sí, posiblemente llegue a ser mejor que tú. Cualquier persona puede lograr hacer cosas tan grandes como las que has logrado hacer tú, porque si tú pudiste, otros también pueden hacerlo.

Bríndale la oportunidad a otros a que sean mejor que tú… sí, mejor que tú, incomoda a nuestro ego, pero es la verdad. Piensa en algo que eres bueno haciendo… ahora imagina que le puedes enseñar a hacerlo al menos a 3 personas… ¿Imaginas el cambio que puede haber en el mundo? Porque de alguna manera, esas 3 personas le enseñarán a 3 más y se seguirán multiplicando, entonces habrá un cambio significativo. Si no quiere aprender, es porque no tiene el interés y no debes molestarte por eso, no todos estamos en la misma página, simplemente tuviste la intención de ayudar y eso es lo que cuenta.

No te quedes con nada, comparte tus conocimientos, ya no podemos estar guardándonos los secretos, es totalmente egoísta de nuestra parte. Tengo una tía que nunca ha querido compartir conmigo una receta de una salsa deliciosa que prepara. Yo amo la cocina y de veras que hubiese deseado que me enseñara para yo poder deleitar a otros con su receta, pero total… cuando muera, se llevó el secreto a la tumba ¿y entonces? ¡Ahí quedó! Se murió la receta también. No la juzgo porque su crianza fue totalmente diferente a la mía, por eso hablo de hoy, de ahora.

Si criticamos esta acción, ¿por qué razón lo hacemos nosotros también? ¿Cuántas personas han muerto y se han llevado a la tumba el secreto de alguna cura, de alguna logística importante, etc. pudiendo hacer cambios extraordinarios en el mundo? Si es que no deseas “regalar” tu conocimiento, ofrece talleres, seminarios, algún ebook, de manera que otros puedan beneficiarse y facilitar su emprendimiento. Cambiemos al mundo con esta pequeña gran acción, habrá muchos que lo harán mejor que tú.