LOS TENIS

Los Tenis

A la hora de salir a trabajar, a dar una conferencia, una presentación, tener una reunión importante o algún evento profesional, optamos por una vestimenta de oficina (chaqueta, falda o pantalón de oficina, zapato cerrado con tacón o zapato cerrado en el caso de los hombres). Estamos claros que en varios lugares de trabajo existe un “Código de Vestimenta”, y ahí no podemos hacer nada si el patrono nos suple su uniforme, pero, te pregunto: Hace alguna diferencia la vestimenta que llevas a la hora de un evento profesional? ¿Por qué???

Yo tengo mi propia teoría de la vestimenta, pero pude hacer preguntas a personas de diferentes edades (generaciones) y mi asombro fue mayor de lo que esperaba.

 

LAS PREGUNTAS

Si fueras a dar una presentación a un grupo de personas o a una persona en particular profesionalmente hablando, ¿cómo irías vestido? Y, ¿por qué vestirías así?

Generación Baby Boomer: Hay que ir muy bien vestido, eso es lo que te distingue de ser un profesional.

Generación X: Yo iría con mi polo de mi empresa y bien arreglado.

Generación Y (Millenial): Debes ir bien vestido porque eso es ética.

Generación Z: Iría bastante formal, con ropa de oficina, para impresionar.

¿Si te fueran a dar una presentaciؚón, y llega esta persona bien vestido en zapato cerrado o llega bien vestido, pero en Tenis, qué pensarías?

Generación Baby Boomer: ¿En Tenis??? ¿Tú estás loca? Tu no vas para un parque, tú vas para un lugar profesional.

Generación X: En zapato cerrado, normal y si fuera en tenis, recibiría la presentación con entusiasmo. Al no ser la norma, piensas que viene una dinámica o algo así.

Generación Y (Millenial): No habría diferencia para mí, lo que vale es la presentación.

Generación Z: Si viera a alguien bien vestido y con zapatos cerrados, pensaría que hay que estar serios porque esa persona intimida, si fuera bien vestido y en tenis, diría “que cool.

Si analizamos todas las contestaciones en base a las preguntas, nos damos cuenta de que son muy distintas. 4 pensamientos totalmente distintos, 4 ideologías, 4 analogías, pero, hubo 3 generaciones que olvidaron un gran detalle; la presentación. La generación Y, indicó el detalle mas importante, el propósito de la presentación, que es llevar el mensaje y que sea bien recibido y entendido sin importar lo demás. Ni siquiera importa la vestimenta, sino el mensaje.

A veces me pregunto por qué es tan importante, y claro, me contesto inmediatamente… LA SOCIEDAD.

No cabe duda que una persona uniformada, bien vestida, se ve muy elegante, pero eso es sólo un adjetivo. Y no me malinterpreten, eso está super bien, elegante está bien. Pero no se trata de ser elegante ni de impresionar a los demás con nuestra vestimenta, se trata de sentirse cómodo para estar relajados y dar lo mejor de tí para los demás. ¿Realmente la persona se siente cómoda, especialmente con los zapatos? De seguro, si fuera yo la que fuera uniformada con chaqueta, falda o pantalón y tacones y posiblemente pantyhose, termino mi jornada y no llego bien al carro, que me quito la chaqueta, me suelto el botón del pantalón y descalza conduciré mi carro. Definitivamente no soy yo.

Qué tal si nos vestimos cómodamente, pero presentables y con unos zapatos CÓMODOS, ¿qué tal unos tenis? ¿Me vería mal? Steve Jobs lo hizo así en cada una de sus presentaciones; en cada día de su trabajo, por años. Entonces, porque él era Steve Jobs, ¿él podía? ¿Por qué yo no? ¿Porque tú lo dices?

Aquí lo importante es ser genuino y real sin imitar a nadie, ni obligarte a vestir de la manera que la sociedad quiere, simplemente ser tú mismo.

Saliéndonos de lo profesional, he visto en las fiestas cuando llegan en tacones que no pueden casi ni caminar y a mitad de fiesta, se quitan las tacas y se quedan descalzas, bailando y caminando por todos lados y cuando preguntas, es porque le duelen los pies, ¿y entonces? ¿Para qué se los ponen? Ya sé que es para impresionar a los demás, vestirte para otros y/o para sentirte sexy, pero tú, ¿cómo te sientes tú?

 

MI HISTORIA

Desde niña, recuerdo que fui bastante tranquila, no daba problemas a mi madre y se podía decir que siempre era muy aplicada en la escuela y en mis quehaceres del hogar. Recuerdo que mi mamá siempre me vestía con trajecitos muy bonitos y delicados, pero no iban con mi personalidad… o al menos eso pienso.

A través de mi niñez viví entre Chicago (Estados Unidos) y Puerto Rico. Y entre el frío y el calor era una cosa que no sabía cuál era más incómoda. Lo que sí estaba segura era de mi manera de vestir y de calzar. Para el frío, las botas y para el resto del año, los tenis. Era una especie de “tomboy”. Mahones, mahones y más mahones y T-Shirts. No había ni tiempo ni mucho menos presupuesto para estar “fashion”. Así que mientras más sencilla, mejor. Cuando nos tocaba una fiesta, me sentía horrible andar en trajes y zapatos que tuvieran una especie de tacón, pero ¿quién iba a ir a una fiesta “mal vestida”?

Aún recuerdo para los 80 cuando Run DMC lanzó su canción de “My Adidas”, por supuesto, moría por esos tenis. Y cuando pude comprarlos, recuerdo que mi obsesión creció mucho más por los tenis. ¡Cuando salieron los “high top converse multicolor” a lo tipo Punky Brewester… espera… ¡BASTA! Porque sé que quizá esté hablando de algo que no conocen, fíjate no soy tan mayor, lo que pasa es que “he vivido mucho” jajaja. Pero sí, los tenis son mi obsesión, junto con las T-Shirts. Es una vestimenta que me puedo sentir desde “cómoda” hasta “segura”, ¿por qué? No sé, solo sé que así lo siento y que me encanta.

Bueno, pues luego de convertirme en profesional, trabajando en una oficina por espacio de 20 años, mi vestimenta no podía ser “tenis”. Tuve que acostumbrarme al hecho de que tenía que estar siempre “emperifollá” y eso para mí era “perder tiempo” (quizá soy una eterna niña que no le importa si se ve bien o mal sino la comodidad), entre pintarme uñas de las manos y los pies, pasarme el blower, maquillarme, ponerme el uniforme con medias pantyhose y zapatos finos, y repetir esto diariamente, era agotador, pero había que hacerlo. Y por más que intentara cumplir, y mira que me esforzaba diariamente por esto, nunca me daban un 100 en mi evaluación de vestimenta, siempre era un 88 y quizá un 90 y eso era más decepcionante aún. Imagínate, de estar toda la vida en mahones, tenis y T-Shirts, a estar “decente” y no me daban crédito por todo el esfuerzo que tenía que hacer para ser una “igual que todos en la oficina”.

Amaba los viernes, porque ese día al menos podíamos ir en una polo (que las detesto) y en mahones y Teniiiiss. Una vez, robaron el aire central de una de las instituciones para las cuales trabajé y la supervisora nos indicó que podíamos ir en ropa cómoda a trabajar… ¿Qué? ¿Cómoda? OMG, ese día sabía que iba a dar lo mejor de mí aunque no hubiese aire, pero iba a estar “cómoda”. Llegué con mis tenis, mahones y mi T-Shirt blanca (que las amo, sí, me compro las de paquetes de hombre jajja) tenía que estar cómoda para aguantar el calor y no hice nada más que entrar a mi oficina y recuerdo que estaban 4 de mis compañeras y una de ellas me dijo: Jessy, pero qué tú hiciste, le pediste a tu esposo la camisa prestada para venir a trabajar? Yo solo contesté: Es mi camisa, y dijeron que viniera cómoda a trabajar, pues así vine. En otro momento de mi vida, hubiese salido corriendo y llorando para mi casa pero ya podía vivir con las críticas. Además de que el bullying ha sido parte de mi vida desde que tengo uso de razón, puedo con eso y más.

De todos modos, eso pasó a la historia, después de “María”. Hubo muchos cambios en mi vida, tuve que cambiar de empleo y me fui a trabajar a HomeDepot y recuerdo haberle dicho a mi esposo: “No puedo creer que me permitan en mi trabajo ser YO, puedo ir en mahones, T-Shirts, gorra, y TENIIIIIISS”. O sea, qué mejor que esto, me sentía cómoda y era YO. Una lástima que mi tiempo en esa empresa fue muy corta por razones personales, pero aprendí mucho y eso me ayudó a reconocer que ya era tiempo de hacer un cambio en mi vida.

Muchas compañías por no decir todas, tienen su código de vestimenta y esto está bien porque hay personas que no reconocen las limitaciones, pero si en algo estoy de acuerdo con los tenis, es que, si tú estás cómodo, puedes tener mejor rendimiento en tu trabajo, puedes ser más productivo unos tenis no van a cambiar la ejecución de tu trabajo, pero ayuda a hacerlo más cómodamente.

Una vez estaba en un consultorio médico, cuando el doctor me está haciendo un chequeo general, me dice: “quien iba a decir que con la edad que tienes ibas a estar todavía usando esos tenis, ¿verdad?” A lo que yo quedé totalmente sorprendida e inmediatamente quiso arreglarlo diciéndome: “Tan cómodos que son”. Quise decirle tantas cosas (de la mejor manera porque solo quería preguntarle si había algún obstáculo para no poder usarlos). Hice silencio, terminé mi consulta y me fui pensando en eso y pude confirmar que lamentablemente es la sociedad, la que no te permite dar el paso. ¿Acaso hay una edad específica para vestir y calzar de alguna manera? Estos tenis existen desde hace más de 100 años, ¿de qué rayos hablaba él? 

Todo el camino iba pensando en eso y me brindó las ganas de hacer cambios en mi vida. Tú puedes dar el paso solo, sin prejuicios y sin importar el qué dirán, sino sentirte cómodo, seguro y olvidar lo demás.

Con eso en mente decidí modificar mi closet y sacar todo lo que no usaba. Para mi asombro, me quedé con menos de la mitad de la ropa que tenía. Y qué bueno, porque decidí ser yo misma sin tener que estar “disfrazándome”. Porque realmente tú te vistes y te arreglas para los demás, o ¿lo haces por ti? No lo creo. Si me equivoco, entonces te reto a que el día que estés en tu casa todo el día, te arregles igual. Yo lo he hecho, trabajo desde mi hogar y me baño y me arreglo como si fuera a trabajar fuera, pero no es siempre.

Así que un gran día, decidí cambiar de rumbo y fui a tomar un taller que le brindó un giro y sentido a mi vida personal y profesional. Con Mildred Ramírez de Business Squad a quien le debo todo lo que sé. Cuando la ví a ella por primera vez, estaba con su cabello regio, un trajecito y unos tenis converse rojas… siiiii Tenis converse!!! Me encantó porque inmediatamente me relajé y sabía que algo bueno venía (intuición). Y arrancó el taller hablando sobre su trayectoria y su marca personal que son sus tenis converse. ¡Esta chica da charlas en converse! O sea, bien vestida, pero en converse y yo estaba fascinada con cada palabra que decía. Ella rompiendo paradigmas me voló la cabeza.

Con más razones, confirmaciones y con mi nuevo trabajo, decidí ser YO misma. Atreverme a vestir y calzar lo que me hace sentir cómoda sin pensar en el qué dirán y ser más sencilla.  Esto no quiere decir que no volveré a usar tacas, porque realmente me gustan, ¡pero lamentablemente me molestan y mis pies gritan AUXILIO cada vez que las uso! Habrá momentos que desee usarlas, pero te aseguro que serán los menos.

Yo amo la simplicidad,  estaré en tenis, mahones y T-Shirt las veces que desee sin importar nada. BTW, soy Generación X

Amo los tenis al igual que Steve Jobs, al igual que Mildred Ramírez.

Y tú, ¿te atreves?

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